lunes, 25 de junio de 2012

HOSPITAL COMARCAL DE MELILLA

Gluten / Lactosa

Hace unas fechas tuve que pasar unas semanas ingresado en el Hospital Comarcal de Melilla en dos periodos de 9 y 28 días aquejado de un rebrote de la enfermedad de Crohn que afecta al intestino delgado y que padezco desde mi juventud. Como aparte de la intolerancia al gluten también sufro otras alergias alimentarias, lo primero que hago nada más ingresar en urgencias es indicar dichas afecciones. Sin embargo, tras el primer ingreso, la primera cena que me traen contiene sopa de pescado con estrellitas de pasta además del consabido bollito de pan. Lo detecto a tiempo y lo pongo en conocimiento del personal de urgencias, pero al día siguiente durante el almuerzo (aún en el servicio de urgencias) el menú contiene sopa de fideos, y lo que sirven nuevamente es sopa de fideos con el inevitable bollito de pan que apareció también en el desayuno...

Alguien más confiado hubiera supuesto que tanto la pasta como el pan eran sin gluten ya que el paciente (uséase yo) así lo había indicado tras el ingreso y, es de suponer, que al tratarse mi hospitalización de un agravamiento de una enfermedad que afecta principalmente al aparato digestivo el personal del hospital tendría un mayor celo en la preparación de los menús que me servieran (aunque realmente espero que dicho celo sea para con cualquier paciente aquejado de cualquier enfermedad). Pero como quiera que entre mis muchos defectos se encuentra el de no creerme nada, tras comunicarlo y ver la sorpresa del personal que recibió mi queja comprendí que no tenían demasiado conocimiento de que era aquello de ser celíaco, del gluten, o de que cereales lo contenían (sólo los que tenían algún familiar afectado tenían una ligera idea). Vaya, vinieron directamente a consultarme que podía o no comer...

Junto con las bandejas de las comidas, siempre venía un papelito donde se indicaba el menú (adjunto seis menús escaneados), parece ser que redactado mediante un programa que configuró una dietista hace años según me indicaron. Es posible que la incorporación en dichos menús de platos con pasta, pan y otros ingredientes no fuera un error de la dietista que preparó los menús (aunque de esto último tampoco estoy totalmente seguro ya que en ocasiones aparece un interrogante al lado del ingrediente sospechoso y en otros no), sino que considerara que al paciente celíaco le sustituirían aquellos productos que contenían gluten en el menú por otros equivalentes sin gluten como ocurre en otros hospitales públicos en España. Era mucho suponer como se comprobará a continuación por lo que sucedió días más tarde.



La gota que colmó el vaso fue la noche en que en el menú venia indicada una sopa de arroz, que aun siendo un cereal, es tolerado por los pacientes celiacos al no contener gluten. Sin embargo, alguien decidió que al tratarse de un cereal no podía tomarlo, así que tachó dicho plato y lo sustituyó por la palabra consomé (el tercer menú que adjunto aunque no el de la noche en cuestión). Esta sencilla operación se repitió varias veces, lo que demuestra el desconocimiento de quien revisaba dichos menús. El problema mayor sin embargo surgió cuando tras tomarlo casi completamente me doy cuenta de que en dicho "consomé" aparecen fideos en el fondo. Es decir, segundo error en cadena, el personal de cocina decidió que ni sopa de arroz (estaba tachada por alguien a pesar de poder tomarlo) ni consomé (le parecería poca cosa) así que me sirvió pasta (que evidentemente no podía tomar). Vuelve a confirmarse el desconocimiento de otra parte del personal del Hospital Comarcal, en este caso parece que de la cocina, sobre la enfermedad celiaca. Bochornoso.

Tras esto, me surjen las dudas sobre si los días que sólo me sirvieron un caldo (sin pasta) o un puré, el personal de cocina no se limitó a colar cualquier caldo que estuviera elaborado conteniendo fideos (ya que parecen desconocer que un celíaco pueda ingerirlos) o a triturarlo en su caso incorporándole algunos otros ingredIentes pero sin suprimir la pasta (pondría la mano en el fuego que así sucedió). Ni que decir tiene que si desconocen que es lo que puede tomar o no un celíaco, no podemos hacernos ilusiones de que conozcan qué es aquello de la contaminación cruzada, y ya ni pensar en si comprueban si los productos envasados que emplean son aptos para personas intolerantes al gluten.

Esa noche he de decir que perdí los nervios y solicité el libro de reclamaciones. Tuve que insistir ya que no querían ofrecérmelo hasta el día siguiente cuando abrieran las oficinas (de hecho la copia me la entregaron sin sellar de entrada). Además de la reclamación que consideré pertinente lo puse en conocimiento de la prensa donde apareció en el informativo del día 30 de Cablemel Televisión, así como en el periódico El Faro Melilla con un artículo el día 30 y una viñeta el día 31 de mayo.


Esperaba con ello llamar la atención sobre el asunto para que se tomaran medidas por parte de las autoridades competentes si bien no ya para mí, sí al menos en un futuro próximo en el que se comprometieran a (bendita inocencia):

- PRIMERO: Formar o exigir una formación adecuada del personal manipulador de los alimentos, desde el que elige los menús hasta el último pinche de cocina o el auxiliar de enfermería que los reparte.

- SEGUNDO: Tener unos utensilios adecuados y bien diferenciados en cocina dedicados exclusivamente a manipular los alimentos de los pacientes intolerantes al gluten a fin de evitar la contaminación cruzada, así como certificar que todos los productos envasados que se emplean en cocina están libres de gluten.

- TERCERO: Adquirir aquellos productos sin gluten necesarios para que la alimentacion de cualquier paciente celíaco no se vea mermada si no ya en la calidad, si al menos en la variedad con respecto de cualquier otro paciente del Hospital.

Pues bien, dos fueron las respuestas que obtuve: una a través de la prensa escrita en el mismo artículo de El Faro arriba reseñado, la otra, por correo en contestación a mi reclamación formal, ambas por D. Pedro S. Villaroel Gil, Director Gerente del INGESA.

En sus declaraciones al El Faro el gerente de INGESA, el Sr. Pedro Villaroel declaraba textualmente (al menos así lo indican las comillas en el artículo): "Reconozco que ha sido un error nuestro, pero fue motivado por una persona que pensó que le estaba haciendo un bien". Solucionado, basta la buena voluntad del personal sanitario para sanar a los enfermos, ya no será necesario tampoco en un futuro comprar costosos medicamentos, ni realizar complicadas pruebas y analíticas (si las buenas intenciones sirvieran para algo...). Según el periódico, el Sr. Villaroel continua afirmando que las dietistas revisan las etiquetas de las dietas (según mi información, ninguna/o dietista revisa las etiquetas ya que no hay aunque si es evidente que alguien lo hace) y tachan lo que pueda perjudicar a los pacientes. Pues bien Sr. Villaroel, si es verdad que existen varias dietistas diga quienes son ya que, parece ser que desconocen su profesión ya que "tachan" indebidamente alimentos que sí por otros que no son aptos, y si no hay dietistas diga si por parte de esa gerencia que vd. dirige existe la voluntad de subsanar esa deficiencia en su personal sanitario y cuando prevé hacerlo. Indique también si los alimentos como: pan, pasta, galletas.... que aparecen en los menús sin gluten, se refieren a alimentos sin gluten y si esa gerencia prevé adquirirlos en un futuro más o menos cercano, o son por contra errores de las dietistas que elaboran/revistan dichos menús.

En su respuesta oficial resulta mucho más comedido ya que las "dietistas" que revisan los menús se transforma en una "Supervisión de Enfermería" (desconozco cuanto de super tendrá la visión de dicho personal pero así con mayúsculas aparece en su escrito). Se compromete a que va a "... elevar consulta a la empresa desarrolladora del aplicativo informático dieta sobre la posibilidad de identificar de forma efectiva a los pacientes celíacos..." Esto parece confirmar mis informaciones de la falta de personal dietista en la elaboración diaria de los menús, y que dicho programa Dieta (parece denominarse así), se cumplimentó según mis fuentes sí por una dietista pero ya hace años. Pues bien Sr. Villaroel, no es el problema del programa informático, escaneo imágenes de varios menús donde se comprueba claramente que se trata de una dieta sin gluten, el problema es del personal que tiene encomendado revisarlo y elaborarlo en cocinas, que como dije y quedó demostrado, desconoce que es la celiaquía. También me gusta aquello de "...elevar consulta...", esto en mi tierra es echar balones fuera, si me responden que no es posible pues ya está todo solucionado, lo mismo de antes, las buenas intenciones son las que cuentan.

Pero seguimos, en su escrto hace referencia a que los menús sin gluten se elaborarán según "...las disponibilidades gastronómicas de la cocina..."; esto en mi tierra y en la del vecino quiere decir que si quieres lentejas las comes y si no las dejas; que traducido al caso de los pacientes intolerantes al gluten viene a decir que desconocen que alimentos envasados de los usados en el Hospital contienen dicha proteína, y que no se van a adquirir alimentos específicos para dichos pacientes.

Así que visto los visto, si en alguna lamentable ocasión algún celiaco se ve en la penosa situación de verse ingresado en el Hospital Comarcal de Melilla, le aconsejo que lleve aquellos alimentos que pueda permitirse (por su enfermedad de ingreso y/o por su bolsillo) y que sean de fácil conservación como panes, galletas o bollería. Además el personal de la planta de medicina interna al menos dispone de una nevera también donde se ofrecen amablemente a conservar aquellos que requieran frío, así como de un microondas donde poder calentar en su caso si fuera necesario. Todo ello a pesar de estar prohibido expresamente llevar alimentos del exterior a los pacientes ingresados (criterio que creo muy acertado), pero claro, cuando es el propio hospital el que no pone los medios para sustituir, se ve en la obligación de hacer la vista gorda o permitir lo prohibido, curiosa contradicción.

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